Por:
Kisha
La décima edición de este evento de moda, realizado en Bogotá los pasados 13, 14 y 15 de abril, me dejó, particularmente, algunos sinsabores. Si bien ha sido una de las pocas pasarelas en las que "casi" todos los diseñadores que presentaron sus colecciones otoño-invierno 2011/2012 realizaron propuestas pensadas, investigadas y bien ejecutadas (alabo, sobre todo, la de Sandra Cabrales que fue, sin lugar a dudas, la mejor del evento, y la de María Luisa Ortiz para la pasarela INFASHION-BLANCOX, quien regresó a sus orígenes de diseñadora sobre medidas y realizó una propuesta en la que desnudó su alma), las pasarelas de los jóvenes creadores, el futuro de nuestra moda, no estuvieron a la altura del evento, no fueron propositivas y mucho menos "portables" (está bien que sean conceptuales, pero también deben tener un consumidor real).
En cuanto a la logística dentro de la pasarela también hubo algunos desaciertos: cambiar la internacionalmente aceptada disposición de las sillas frente a la pasarela por la creación de una especie de salas que además de incómodas, evitaron que muchos de los que estaban en las "salas" de atrás pudieran apreciar el trabajo de los diseñadores (que es el interés no solo del creador sino también de los organizadores del evento; por lo menos eso creo yo).
Tampoco han podido apender a controlar qué fotógrafos tienen la potestad de estar en la zona dedicada EXCLUSIVAMENTE a los medios de comunicación y en la cual vi desde estudiantes de las diferentes escuelas de moda hasta espectadores del común. ¿Quién define la prioridad de ese espacio? Parece que nadie porque no es la primera vez que pasa.
Lo único que tengo que decir a favor de esa disposición es que, extrañamente, esta fue la edición en la que hubo menos problemas de primera fila, es decir, quienes debían estar en el
front row ocuparon el
front row (esto debo aplaudirlo; ¡por fin lo lograron!). También destaco que hayan sacado de las "peceras" (esos espacios rodeados de paredes transparentes que pretendían "acercar" las secciones de maquillaje y peinado a los espectadores) a los maquilladores y estilistas que se encargaron de realizar el
styling de cada desfile (Bravo por Sp Pro Professional Make Up y Syoss, ¡Muy buen trabajo!) porque esta vez sí le dieron un poco de la experiencia
backstage a los visistantes.
Los montajes conceptuales localizados a la entrada de la pasarela, me parece que no fueron lo suficientemente claros y la tan anunciada exposición de fotografías de Raúl Higuera no fue una verdadera exposición, pues solo se vieron seis fotografías, mal impresas y en pequeño formato.
Espero que los organizadores tengan en cuenta estas y muchas otras recomendaciones que ojalá hagan quienes queremos que el mundo de la moda en nuestro país siga prosperando!!!
